Cada año, millones de estudiantes enfrentan violencia y acoso en las escuelas, incluyendo el ciberacoso.
La UNESCO ha declarado el primer jueves de noviembre como el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar. Este año, el lema es “Proteger, educar, empoderar”, destacando la necesidad de escuelas seguras e inclusivas. La UNESCO enfatiza la importancia de la educación y la participación de los estudiantes en la formulación de políticas.
Síntomas de sufrir acoso y violencia escolar
Cada niño es único, por lo que es fundamental educarlos con una base de confianza hacia vosotros como padres, permitiendo así detectar cualquier cambio en su comportamiento.
Algunas señales de que los niños y adolescentes pueden estar sufriendo acoso escolar incluyen:
- No quieren ir a clase.
- Pierden interés en actividades que antes les entusiasmaban.
- Dejan de gustarles sus prendas de vestir.
- Evitan la compañía de otros niños (no quieren salir a jugar o participar en planes con amigos).
- Se muestran tristes y pensativos, bajan la mirada y cambian su estilo.
- No comparten anécdotas del colegio.
- No tienen amigos.
- Presentan falta de apetito, insomnio, ansiedad o vómitos.
- Escriben notas que no permiten leer a los adultos.
- No quieren sacarse fotos y rechazan cualquier prueba que inmortalice su imagen porque se sienten avergonzados.
- Se enfadan e irritan sin motivo aparente, cuando esto no era habitual en ellos. Apenas se ríen.
- Dicen mentiras.
- Hacen dibujos que reflejan sus sentimientos.
¿Cómo actuar si tu hijo está siendo acosado o agredido?
- Cuida tu forma de hablarle: Sé cuidadoso con cómo te diriges a tu hijo y los mensajes que le das. Es un proceso lento para que recupere la confianza en sí mismo y en su entorno.
- Aumenta su confianza: Dale seguridad, elógialo y no lo culpes por la situación. Los culpables son los acosadores. Comprenderlo es el primer paso para darle seguridad.
- Habla con el centro: Es crucial proteger a la víctima y sancionar al infractor rápidamente. Asegúrate de que la escuela esté tomando medidas adecuadas, especialmente si hay amenazas o daño físico.
- Destaca sus virtudes: Refuerza su confianza haciéndole ver sus virtudes y que es querido y apoyado en casa. Esto lo hace menos vulnerable a los insultos.
- Practica una escucha activa: Escucha atentamente y haz preguntas abiertas para entender mejor la situación y sus sentimientos.
- Valida sus emociones: Reconoce y valida sus emociones para que se sienta comprendido y capaz de afrontar la situación.
- Enséñale a defenderse: Ayúdalo a ser asertivo y a pedir ayuda a adultos de confianza. Considera buscar ayuda profesional si es necesario y fomenta nuevas actividades y amistades.
- Consulta con especialista o atención médica.
Estragos en la salud mental
El acoso escolar puede tener graves consecuencias psicológicas para los niños, incluyendo:
- Flashbacks y terror: Recuerdos incontrolables de situaciones de ridiculización o exclusión.
- Estrés y ansiedad: Tanto a corto como a largo plazo, incluyendo estrés postraumático.
- Depresión: Sentimientos de tristeza, desesperanza e incomprensión.
- Baja autoestima: Disminución del amor propio a medida que aumenta el acoso.
- Pesadillas e inseguridad: Pesadillas persistentes y dificultad para confiar en otros, pudiendo desarrollar fobia social.
- Síntomas psicosomáticos: Dolores de cabeza, abdominales, insomnio e incontinencia urinaria.
- Agresividad: Algunas víctimas pueden volverse agresoras.
- Suicidio: En casos extremos, el menor puede considerar el suicidio si no encuentra una salida.
Recuerda que los profesionales salud están para ayudar ante acosos de cualquier tipo.